Es una historia que me pareció asombrosa, y tan asombrosa es que se ha hecho un documental de ella...
Este extraño e increíble caso relacionado con el mundo de la publicidad ahora se estudia en las facultades de derecho.
Esta increíble historia consistió en la reclamación del estudiante universitario John Leonard al gigante de las bebidas PEPSI un avión Harrier valorado en millones de dólares, simplemente porque la compañía no incluyó un descargo de responsabilidad en uno de sus anuncios publicitarios.
En la primavera del año 1995, la guerra comercial entre los gigantes del mundo de los refrescos PepsiCo y Coca-Cola estaba en pleno apogeo. Una de las iniciativas de Pepsi para ganar la guerra fue un programa de fidelización llamado "Pepsi Stuff".
Este programa ofrecia a los clientes la posibilidad de usar puntos para adquirir una amplia gama de productos premium, que incluían camisetas, gorras, chaquetas de cuero, bicicletas de montaña, etc. La gente podía obtener "Puntos Pepsi" de paquetes de Pepsi especialmente marcados.
Leonard, el estudiante universitario, tenía 25 años por entonces. Por casualidad vio uno de los anuncios publicitarios de Pepsi que animaba a los espectadores a usar "Puntos Pepsi" para adquirir "Cosas de Pepsi". El final del anuncio en cuestión mostraba a un joven actor aterrizando en un avión Harrier en los terrenos de su escuela, bromeando y diciendo: "Claro que es mejor que el autobús".
Estas palabras aparecieron en la parte inferior de la pantalla debajo de esta imagen: "AVIÓN DE CAZA HARRIER 7.000.000 DE PUNTOS PEPSI". Leonard se sorprendió al notar que no había ningún descargo de responsabilidad, lo que para él indicaba que Pepsi hablaba en serio sobre esta oferta.
El avispado chico pensó: "Sin letra pequeña. Esa es una oferta legítima".
Lo que hizo entonces fue hacer números y realizó la investigación necesaria. Se enteró de que un jet Harrier tenía un coste de 32 millones de dólares y trató de calcular cuánta Pepsi tendría que comprar para hacer realidad este loco sueño.
Entonces se dio cuenta de que había una persona que podría ayudarlo. Esa persona era Todd Hoffman, empresario, inversor y emprendedor.
Lo curioso de esta historia es que, casi 30 años después, el caso de "Leonard vs Pepsi Co Inc" todavía se enseña en las facultades de derecho.
Un absurdo y extraño caso en el que un chico de 20 años, en los años 90, literalmente lograría cambiar las leyes que regulaban la publicidad para siempre. Y es que a partir de entonces, nunca hubo ya más una campaña promocional que no contuviera un descargo de responsabilidad debido a este caso.
Hoffman, el empresario que ayudaría a Leonard, y éste, se conocieron durante una expedición de montañismo en Alaska. Hoffman era mucho mayor que Leonard, y acababa de salir de un tumor cerebral.
Pepsi se negó a ceder evidentemente, y argumentó que obviamente era una broma lo del avión. La negativa del grupo PepsiCo a respetar lo dicho en el anuncio llevó el asunto a los tribunales.
Leonard finalmente no tuvo éxito, y la jueza de distrito Kimba Wood dijo que un reclamo en un anuncio no contaba como una oferta unilateral, diciendo en su veredicto: "La actitud irónica del anuncio no haría que una persona razonable concluyera que una compañía de refrescos estaría regalando aviones de combate como parte de una promoción".
Si bien Pepsi evitó tener que comprar un Harrier, resultó en un desastre de relaciones públicas en el peor momento posible para la compañia.
En aquella época, PEPSI se había enfrentado a una serie de escándalos, desde meteduras de pata sobre asociaciones con celebridades hasta incidentes relacionados con el hallazgo de jeringas en latas de Pepsi.
Quizá Pepsi desperdició una gran oportunidad para haber mejorado su imagen pública, diciéndole al chico “te llevaremos por todo el país en un Harrier durante el próximo año, y te pagaremos un millón de dólares”.
¿Increíble no? ;)
le echó un par el chaval....un tipo avispado sin duda jajaja
😳😳
¿en serio? 🤣🤣🤣 madre mia