Visibles a kilómetros de distancia, estas milenarias construcciones son las estructuras más famosas del antiguo Egipto. La Gran Pirámide de Giza, por ejemplo, es la única maravilla que queda en pie de las conocicas como Siete Maravillas del Mundo Antiguo (construida alrededor del año 2560 a.C., durante casi 4.000 años fue la estructura más alta construida por la humanidad).

Aunque es cierto que las pirámides de Giza son las más grandes y emblemáticas de Egipto, en realidad se tiene conocimiento de 118 pirámides por todo el país, que datan de la época de los faraones, y es posible que haya más enterradas bajo las arenas del desierto. Otra pirámide famosa es la Pirámide de Djoser, también conocida como Pirámide escalonada, en la necrópolis de Saqqara, que fue construida en el siglo 27 a.C. para el faraón Djoser y que es la estructura de piedra más antigua de su tamaño en el mundo.

Para la construcción de las ñirámides, se necesitó un gran conocimiento de ingeniería, mucha mano de obra y tiempo, incluso para las más pequeñas.

Pero entonces, ¿por qué ordenaría un faraón construir pirámides?. Construir una pirámide era la forma de que un faraón mostrara su poder y riqueza, y de asegurarse de que su memoria perdurara. Pero las pirámides también cumplían una importante función religiosa: ayudar al rey a vivir eternamente.

En el muy antiguo Egipto, se hacía un montículo sobre una tumba para representar la creación a partir de la cual comenzó la vida; se creía que esto ayudaba al difunto a renacer en el más allá. Con el tiempo, estos montículos crecieron en tamaño y se volvieron más elaborados arquitectónicamente. La pirámide se relacionó estrechamente con el dios del sol, Ra, concretamente, con la forma de representar los rayos del sol poniente.

Las pirámides, por tanto, fueron esencialmente monumentos funerarios, y durante mucho tiempo contuvieron cámaras funerarias. En la Gran Pirámide de Giza, por ejemplo, que fue construida para el faraón Khufu, se encontró un sarcófago de granito rojo construido en una cámara funeraria exactamente en el eje central de la pirámide.

Hasta donde se sabe, la última pirámide real conocida de Egipto fue construida para el rey Ahmosis I, que reinó desde el 1550 hasta el 1525 a.C. y fundó la XVIII Dinastía, la primera dinastía del Nuevo Reino. A partir de entonces, los faraones solían ya ser enterrados en tumbas excavadas en el Valle de los Reyes, cerca de Luxor (que en la antigüedad se llamaba Tebas, la capital del país).

¿Por qué el Valle de los Reyes?

Parece que pudieron haber varias razones para este cambio de constumbres funerarias. La evolución en las creencias religiosas significó que el entierro bajo tierra se volvió más significativo para el viaje del faraón a través del inframundo, y además, el paisaje natural de Tebas no se prestaba fácilmente a la construcción de pirámides. Pero lo más probable es que la razón fundamental por la que las pirámides pasaron de moda fue por temas de seguridad en las tumbas de los faraones. 

El saqueo de tumbas fue un gran problema en el antiguo Egipto, y una pirámide era esencialmente una flecha grande y parpadeante que indicaba: '¡Tesoro enterrado aquí!', mientras que las tumbas en el Valle de los Reyes fueron excavadas en la roca, difícilmente penetrables para un ladrón. Las tumbas no estaban señalizadas ostentosamente y además sus entradas estaban ocultas. Su construcción, incluso, fue sigilosa: el hombre que supervisó la excavación de la tumba de Tutmosis I, por ejemplo, registró que trabajaba solo, 'nadie viendo, nadie oyendo'.

Los faraones del Nuevo Reino aún tendrían fabulosos templos y monumentos construidos en su honor: sus leyendas perdurarían. Pero sus lugares de descanso serían ya diseñados para ser privados, sagrados e inexpugnables.

Lamentablemente, hay constancia a dia de hoy que estas tumbas del Valle de los Reyes no fueron inexpugnables. Incluso la tumba de Tutankamón, la tumba más intacta en el Valle de los Reyes, que aún contenía su momia, había sido visitada dos veces por ladrones y sellada nuevamente antes de que fuera descubierta por Howard Carter en 1922.

Para los faraones del Nuevo Reino, el tiempo de las pirámides había llegado a su fin...