Todos hemos oído alguna vez, o quizá lo hayamos dicho nosotros mismos, aquello de que las articulaciones duelen cuando se avecina mal tiempo, cuando baja la temperatura, cuando hay mucha humedad, o cuando se avecina un cambio en el tiempo.
Es común atribuir los brotes de dolor en las articulaciones a los cambios en el clima, y muchos médicos creen que las personas pueden sentir más dolor en las articulaciones en los días fríos y lluviosos. Pero lo cierto es que las investigaciones sobre la conexión entre estos factores no muestran resultados claros.
La presión barométrica, o la presión del aire, puede afectar las articulaciones, pero la humedad, las precipitaciones y la temperatura también están en juego. Eso hace que sea difícil para los científicos identificar exactamente qué es lo que hace que algunas personas reporten más dolor cuando hace frío, llueve o hay mucha humedad.
Los científicos han realizado muchos estudios sobre el dolor en las articulaciones y el clima a lo largo de los años, pero hasta ahora, ninguno puede decir con certeza cuál es la conexión.
Parte del problema son los estudios en sí mismos: muchos han utilizado encuestas de solo un pequeño número de personas, lo que no es una forma muy fiable de medir la relación.
Aún así, hay algunas teorías sobre la relación en cuestión. Una es que las personas con dolor en las articulaciones, especialmente artritis, pueden ser sensibles a los cambios en la presión barométrica. ¿Cómo? Pues podría ser que cuando el cartílago que amortigua los huesos dentro de una articulación se desgasta, los nervios en los huesos expuestos podrían detectar cambios en la presión.
Otra teoría es que los cambios en la presión barométrica pueden hacer que los tendones, los músculos y cualquier tejido cicatricial se expandan y contraigan, y eso puede generar dolor en las articulaciones afectadas por la artritis. Las bajas temperaturas también pueden hacer que el líquido dentro de las articulaciones sea más espeso, por lo que se sienten más rígidas.
También podría sentirse más dolor cuando el clima nos impide movernos tanto como normalmente lo hacemos. Las personas tienden a permanecer en interiores cuando hay frío y llueve afuera, y las articulaciones inactivas pueden volverse rígidas y dolorosas.
Con respecto al clima, varios estudios han tratado de identificar el tipo de cambios en la climatología que afectan el dolor en las articulaciones.
En una encuesta a 200 personas con osteoartritis de rodilla, los investigadores encontraron que cada descenso de 10 grados en la temperatura, así como una baja presión barométrica, correspondía a un aumento del dolor de la artritis. Sin embargo, más recientemente, un estudio holandés de 222 personas con osteoartritis de cadera encontró que durante 2 años, las personas dijeron que su dolor y rigidez empeoraron con el aumento de la presión barométrica y la humedad.
Otro grupo de investigadores analizó los registros médicos de más de 11 millones de visitas a Medicare y comparó las fechas con los informes meteorológicos locales. No vieron ningún vínculo entre los cambios climáticos y el dolor en las articulaciones. Dos estudios australianos recientes, uno sobre el dolor de rodilla y otro sobre el dolor de espalda baja, tampoco encontraron conexión con el cambio climático.
Pero aunque la ciencia no es concluyente al respecto, los brotes cuando cambia el clima son muy reales para muchas personas con dolor en las articulaciones. Los cuerpos de algunas personas pueden ser más sensibles a los cambios en el clima. De hecho, muchas personas dicen que encuentran alivio en climas más cálidos, pero, de nuevo, no hay pruebas científicas de que ello realmente sea lo que alivia sus dolores.
No tenemos que recoger todas nuestras cosas y mudarnos a un clima diferente. Hay muchas cosas que pueden hacerse en casa para aliviar el dolor en las articulaciones.
Por ejemplo, cuando las temperaturas bajen, tratemos de mantenernos caliente. Tomar duchas o baños tibios, vestirse en sucesivas capas durante el día (incluidos guantes y calcetines calientes), usar una manta eléctrica por la noche o aumentar la calefacción dentro del hogar son factores que ayudarán.
Los baños de parafina. Se hacen con una pequeña máquina que derrite cera de parafina. Se sumergen las manos y los pies y luego dejamos que la cera se endurezca sobre nuestra piel. Nuestro cuerpo absorbe el calor, lo que puede aliviar las articulaciones doloridas. También puede usarse una almohadilla térmica en los puntos doloridos.
Pregúntale a tu médico acerca de los medicamentos para el dolor, como los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
Mantener un peso saludable y mantenerse activo también es fundamental. Intentar hacer ejercicio que sea suave para las articulaciones, como yoga o natación ayudará a fortalecer los músculos y los huesos. Si se sale a hacer ejercicio al aire libre, sería conveniente realizar algunos estiramientos suaves.
No forzar las articulaciones si no es necesario, por ejemplo, dejando que alguien más levante esas cajas pesadas.
Por último, asegurémonos de cuidar nuestra salud en general, con una buena nutrición y durmiendo lo suficiente.
muy útil, gracias chicos!!!!! 😍