Importante localidad minera durante gran parte del siglo XX, desde 1998 es prácticamente una ciudad fantasma que pueden visitar (no es lo que esperaríamos visitar por aquellos lares, pero es algo curioso para conocer).

Situada en lo más profundo del fiordo Isfjorden, en la isla de Spitsbergen, en el archipiélago de Svalbard, en el Ártico noruego, hoy por hoy sólo reside allí una persona, y alrededor de una decena de personas se reúnen allí en su "verano", además de los curiosos que llegan hasta allí.

Esta curiosa población, de clima inhóspito, fue inicialmente un asentamiento sueco creado en 1910, que en 1927 sería vendido a la URSS y explotada por la empresa estatal Trust Artikogul, a partir de 1931. Fue abandonada por primera vez durante la II Guerra Mundial, pero en 1946 nació la ciudad más próspera del comunismo, con sus áreas de guardería, cantina, hotel, escuelas, hospitales, bibliotecas, residencias, etc. Se convirtió en una zona importante de extracción de carbón para los soviéticos.

Con la creación de esta ciudad, que en su día llegó a tener entorno a 1.000 habitantes, también se pretendía proyectar la imagen de ciudad autosuficiente y urbanizada al estilo soviético, especialmente durante la época de la Guerra Fría. 

Cuando la actividad minera cesó, la ciudad fue abandonada, literalmente, en 1998, quedando todas sus instalaciones, incluido el mobiliarios urbano y un busto de Lenin que aún está allí, a plena vista, prácticamente intactos hasta nuestros días.

Cuentan que la actividad minera cesó cuando la calefacción central de la ciudad se averió, algo que no hubiera sido tan difícil de solventar, pero sucedía en ese momento que el precio del carbón había bajado, por lo que la extracción mineral en Pyramiden había dejado de ser rentable. Poco a poco los habitantes de la antaño próspera ciudad norteña fueron marchándose, llevándose consigo lo poco que podían transportar en barco (allí quedaron casi intactos enseres personales, así como negocios como el cine, barberias, piscinas gimnasios, escuelas, etc...). Por todo ello, Pyramiden luce hoy en día casi intacta, aunque en un silencio inquietante.

La ciudad, con su mina ya clausurada y algunas de sus casas vandalizadas, sigue siendo hoy día propiedad del gobierno ruso.