Los hidrocarburos son sustancias orgánicas formadas a partir de la materia orgánica que quedó enterrada y preservada en el subsuelo durante millones de años. Con el tiempo, esa materia orgánica sufre una serie de transformaciones que la llevan a convertirse en lo que hoy conocemos como petróleo y/o gas.

Para sus defensores, el fracking es una técnica que da respuesta a la creciente demanda energética mundial con recursos más limpios que el carbón. Para sus detractores, es un grave riesgo para la salud y el medioambiente.

La fracturación hidráulica o fracking es una técnica que permite extraer el llamado gas de esquisto, un tipo de hidrocarburo no convencional que se encuentra "atrapado" en capas de roca, a gran profundidad.

Lo primero que se hace es perforar un pozo vertical que llega al yacimiento, y después un segundo pozo, horizontal, que atraviesa la roca.

En la fase de fracturación hidráulica, se inyecta un fluido (por lo general una mezcla de agua y arena (99.5%) con productos químicos (0.5%)) a una presión suficiente para poder romper la roca. Esta parte dura entre 3 y 5 días, aunque puede llegar a las 2 semanas si la naturaleza de la roca así lo requiere, y normalmente sólo se hace una vez en la vida del pozo. Después se recupera parte del fluido inyectado, aproximadamente el 60%, en los 4 días siguientes a la fracturación, junto con hidrocarburo y, a veces, también con agua que ya había en la roca previamente. De esta manera, tras horas o días el pozo ya está listo para producir como cualquier yacimiento convencional. Y aunque cueste creerlo, una vez realizada la fracturación hidráulica el pozo puede producir durante décadas.

Lo que más preocupa del tema suele ser la toxicidad de los productos químicos empleados, una cuestión delicada teniendo en cuenta que en algunos países las empresas no están obligadas a divulgar la lista de aditivos químicos que utilizan.

Aunque no lo crean (después de todo para el gran público se dio a conocer hace relativamente poco tiempo) no es una técnica nueva.. Ya se utilizaba para explotar hidrocarburos convencionales desde la década de 1950, pero sólo recientemente el avance de la tecnología y la perforación horizontal permitió la expansión a gran escala del fracking, especialmente en EEUU., para explotar hidrocarburos no convencionales.

Sin duda es un tema controvertido, porque si bien hasta las mejores prácticas operacionales sólo pueden aspirar a minimizar riesgos, no a eliminarlos totalmente, esta técnica comporta riesgos reales, como por ejemplo la contaminación del agua de los acuíferos, tanto por aditivos químicos como por fugas de metano, el gas que se extrae de la roca de esquisto, o por ejemplo los seísmos o terremotos.

Su principal ventaja, que convierte en reserva lo que antes era un recurso, osea, que hace viable la extracción de hidrocarburos que hasta ese momento no era rentable económicamente, de modo que gracias a la fracturación hidráulica se aumenta la cantidad de petróleo y gas natural disponible, lo que siguiendo la ley de la oferta y la demanda se convierte en un abaratamiento de los precios.