El horno de microondas, un icono en la cocina moderna, fue un invento revolucionario creado por Percy Spencer, un ingeniero estadounidense. Su descubrimiento surgió mientras trabajaba para la Raytheon Corporation durante la Segunda Guerra Mundial. En ese tiempo, Raytheon se enfocaba en el desarrollo de tecnología de radar para uso militar.

En 1945, Spencer estaba probando un magnetrón, un componente clave en los radares de la época. Mientras trabajaba con este dispositivo, notó que un trozo de chocolate en su bolsillo se había derretido inesperadamente. Intrigado, decidió realizar más experimentos con alimentos y descubrió que las microondas generadas por el magnetrón podían cocinar alimentos de manera rápida y eficiente.

Esta revelación llevó a Raytheon a patentar el horno de microondas en 1945, y dos años más tarde, en 1947, presentaron el primer modelo comercial, el "Radarange". Sin embargo, estos primeros modelos eran grandes, pesados y costosos, lo que limitaba su uso a entornos industriales y servicios de comida.

Fue durante la década de 1960 que los hornos de microondas comenzaron a ser más accesibles para el uso doméstico. Avances en la tecnología permitieron reducir su tamaño y costo, lo que los hizo asequibles para los consumidores. A partir de entonces, estos electrodomésticos se convirtieron en un elemento básico de la cocina moderna.

La popularidad del horno de microondas se disparó rápidamente debido a su conveniencia y eficiencia en la cocción y el calentamiento de alimentos. Su capacidad para calentar rápidamente platos previamente cocinados, así como cocinar comidas desde cero en minutos, cambió la forma en que las personas abordaban la preparación de alimentos.

Hoy en día, los hornos de microondas vienen en una variedad de tamaños y estilos, ofreciendo una amplia gama de funciones y características, desde la cocción por sensor hasta la descongelación rápida. Son una herramienta indispensable en la cocina moderna, brindando comodidad y eficiencia en el día a día.