Seguro que te han venido a la mente grandes depredadores como los tiburones, los cocodrilos, quizá algún tipo de serpiente...pero no, el animal que más muertes ha causado a lo largo de la historia y que sigue causándolas año a año es mucho más pequeño y común, y estamos habituados a convivir con él, el mosquito (del que existen más de 2.500 especies).

¿Por qué son tan letales estas pequeñas criaturas? Pues porque son portadores de una gran cantidad de enfermedades, como la malaria, la fiebre amarilla, el dengue o el zika, solo por nombrar algunas, y porque su área de influencia abarca prácticamente todo el planeta (prosperan prácticamente en todas partes del mundo, excepto en la Antártida).

Nota: estadísticamente, el ser humano es el segundo animal que más muertes de otras personas causa anualmente en el planeta, en números cercanos al medio millón.

Estos animales causan al año más de 700.000 muertes (datos de 2017) y como te decimos, es porque son portadores/vectores de muchas enfermedades, como la malaria (transmitida por el mosquito Anopheles) que se acerca al medio millón de muertes anuales, especialmente en África, y que incapacita durante días a más de 200 millones.

Otras enfermedades que pueden trasmitir estos animales, además de la malaria, son el dengue, que genera entre 50 y 100 millones de casos cada año, la fiebre amarilla, con una alta tasa de mortalidad, o la encefalitis japonesa, que supera las 10.000 muertes anuales, especialmente en Asia. El virus zika, de efectos neurológicos graves y de largo plazo en bebés de madres infectadas durante el embarazo, es otra de las enfermedades importantes que trasmiten estos animales.

Algo especialmente curioso de estos animales es su capacidad de adaptación a nuevos entornos y a las medidas que desarrollamos contra ellos, por ejemplo:

Aedes aegypti (que trasmite la fiebre amarilla, el zika y el dengue, p.e.) se ha adaptado perfectamente a las ciudades: se alimenta sólo de sangre humana y pone sus huevos en cualquier lugar prácticamente, fuera o dentro de las casas. También es curioso el caso de Anopheles, que han desarrollado resistencia contra una gran variedad de insecticidas comúnmente usados y han cambiado su comportamiento (se alimentan fuera de las casas y más temprano) para evitar las redes mosquiteras y las casas fumigadas con insecticidas habituales...