Para explicar esta relación de caballos-potencia, hay que situarse en la década de 1780, en plena Revolución Industrial.
Un fabricante escocés, James Watt, desarrolló un motor de vapor de doble efecto, con un rendimiento en potencia superior al de sus competidores.
Para demostrarlo, el hombre diseñó un sistema de medición basado en la capacidad de carga de los caballos, dado que estos animales habían sido el motor de la humanidad durante siglos.
Así que Watt equiparó la potencia de los caballos, a la de sus nuevos motores y concluyó que un “caballo de vapor” equivale al 150% de la potencia que desarrolla un caballo en un día de trabajo estándar, lo que significa que un “caballo de vapor” es la potencia necesaria para elevar 75 kg a un metro en un segundo.
Según las estimaciones de Watt, sus motores serían capaces de mover una carga de 150 kg a una velocidad de 1,82 km/h.
Desde entonces hasta hoy en día todo ha sido evolución...
Es verdaderamente sorprendente....:)