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Naturaleza

Sandaili, una cueva con muchas historias

Sandaili, una cueva con muchas historias

Ubicada en la localidad guipuzcoana de Oñate, en el bonito valle de Araotz, en Guipúzcoa (País Vasco, España) y conocida también como cueva de San Elías, es un lugar lleno de mitos y leyendas.

Aquí se levantan una vieja casona y una ermita a la cual se accede por unas escaleras, junto a las que existe un abrevadero de piedra que recoge las aguas que se filtran de las paredes rocosas.

Esta cueva, situada en un paraje encantador, está muy relacionada con antiguas creencias de origen celta, que han llegado incluso hasta mediados del siglo pasado, por ejemplo aquellas por las que las mujeres se sumergían y dejaban ofrendas con el fin de tener descendencia, o por ejemplo aquellas por los que labradores de otras regiones caminaban hasta esta cueva para pedir a San Elías lluvias en tiempos de sequia.

El culto al agua está relacionado con tradiciones paganas, y su propio nombre, Sandaili, podría estar vinculado a Santa Ilia, que a su vez podría estar relacionada con la diosa Ivulia, a quien se relacionaba con ritos que tenían que ver con el agua a través de ceremonias mágicas (en lo más profundo de la cueva se han encontrado huesos humanos y restos de vasijas).

Actualmente se venera una imagen de San Elías en la ermita, que está envuelta en historias de lo más variopinto: por ejemplo aquella que narra que el santo era natural del pueblo alavés de Narvaja, y dado que se dedicaba a denunciar los malos hábitos de sus vecinos, acabaron desterrándole a pedradas por lo que tuvo que refugiarse ramo ermitaño en esta cueva de Araotz. O por ejemplo, aquella que cuenta que fueron los vecinos de Araotz quienes se llevaron al santo de la Iglesia de Narvaja para aprovecharse de sus extraordinarias capacidades para controlar la climatología.

Pero sin duda la más trágica de las historias que de este lugar se cuentan es la de aquellos que fueon acorralados y abrasados en este cueva (s.XV). Parece ser que los lacayos (soldados armados con ballesta) de uno de los jefes de un linaje local de Oñate, Sancho García de Garibay, exigieron a un arriero que les diese algunas monedas para beber, y cómo éste no accedió, le robaron. El arriero se quejé al corregidor y el tema llegó incluso a oídos del monarca Enrique IV de Castilla, quién tomó cartas en el asunto. Los citados lacayos de Garibay fueron avisados de que iban a ser detenidos, así que se refugiaron en la Cueva de Sandaili donde acabaran siendo cercados.

Dado que no estaban dispuestos a rendirse, sus perseguidores colocaron en la entrada torreznos de tocino de cerdo y los asaron con la intención de que la manteca y la grasa producida los abrasaran. Estos hechos forman parte de uno de los episodios más oscuros narrados en la épica vasca bajomedieval que sucedieron hacia el año 1458, y que acabaron reflejándose en el llamado "El Cantar de Sandaili".

Comentarios (4)

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yadiratacle • Hace 5 años

Que espectáculo de sitio, ya puestos una vez allí, que por pedir no quede 😜

virgilop • Hace 5 años, 2 meses

😍😍😍 buena idea chicos!!!

rauld • Hace 5 años, 2 meses

apoyo la moción...😜

lexsts • Hace 5 años, 2 meses

un bonito lugar sin duda...cuando todo esto del coronavirus termine, que no sé cuándo será, pienso hacerme un ruta por toda España, pero esta vez, tendrá otro significado, hemos de ayudar al turismo nacional...😉