Un lugar más de esos que visitar en el hermoso México.

Se llama "El Templo", un bar que se ubica en el Pueblo Mágico Real de Catorce.

Más concretamente, al pueblo se le llamó "El Real de Minas de la Limpia Concepción de los Álamos de Catorce", a raíz de la muerte que dieron los indios a 14 soldados españoles, poco tiempo después de conquistado el Altiplano Potosino. Al pueblo se llega por el famoso túnel Ogarrio, y la verdad, es como viajar al pasado, con sus calles empedradas, sus gentes, sus tiendecitas, su arquitectura y su ambiente, que todavía recuerda a su época de esplendor minero, un lugar que parece que se detuvo en el tiempo.

Las minas de Catorce eran tan ricas, que cuando Humboldt visitó México entre los años 1803 y 1804, afirmó que éstas ocupaban el segundo o tercer lugar entre las minas de la Nueva España por la cantidad de plata que producían.

Digo que este bar es singular porque te atienden camareros vestidos de mineros, y además de tener unas vistas muy bonitas del paisaje semidesértico de la zona del altiplano, tiene un suelo de cristal muy original. Además, y para completar el cuadro, antes de comer (después no lo aconsejo por razones obvias) uno puede lanzarse en tirolina (la conocida como “El Águila”) a unos 500 metros de altura, lo que hace del concepto "ir a comer por ahí" algo diferente en esta zona de México.

Después de esta experiencia gastronómico-deportiva, por decirlo así, puedes darte un paseo en las famosas camionetas Willys, conocer más acerca de lo que fueron las minas, o ir hacia cerro del El Quemado y a las minas abandonadas.

La leyenda de "El Jergas":

Se dice que "El Jergas", se presentaba vestido con indumentaria de minero y siempre a un trabajador de las minas, lo llevaba por lugares inaccesibles, dejando como rastro utensilios, herramientas y ropas de minero. Cuando sus compañeros se daban cuenta de la desaparición, emprendían la búsqueda, siguiendo las huellas y el rastro que había dejado, hasta encontrar al compañero desaparecido.

Científicamente no se ha encontrado explicación a esto, pero lo cierto es que a algunos trabajadores los han encontrado en lugares inaccesibles, en los que por si sólos no habrían podido llegar, mucho menos a oscuras, sin su lámpara.

La creencia entre los mineros es que este personaje, "El Jergas", siempre aparece en el momento menos pensado para ayudar, y donde lo hace habitualmente siempre se encontraba alguna veta de mineral.