Se llama Quenchsea, y es francamente ingenioso. 

Es, como te decimos, un pequeño dispositivo de desalinización portátil de menos de 1 kg de peso y de bajo coste que convierte el agua salada en agua dulce. Para hacerlo, combina un sistema hidráulico, un triple proceso de prefiltración y una pequeña membrana de ósmosis inversa para desalinizar el agua de mar usando únicamente la energía humana.

Sus creadores, Hydro Wind Energy, lo desarrollaron fundamentalmente con el objetivo de proporcionar acceso a agua dulce limpia a nivel mundial, y están tratando de alcanzar economías de escala para reducir los costes para donar y distribuir 100 millones de unidades para el año 2027.

Lo interesante es que, ya sea en la costa, o en pleno mar, es posible obtener con este dispositivo agua dulce al instante, lo que también lo hace muy útil en todo tipo de actividades o circunstancias que impliquen escasez de agua dulce y abundancia de agua salada.

En condiciones óptimas, este aparato puede generar unos 3 litros de agua/hora.

Su sistema hidráulico es capaz de acumular una presión de hasta 60 bares (6.000 kPa), eliminando las sales del agua de mar a través de una membrana de ósmosis inversa.

Como paso siguiente, su sistema de ultrafiltración y microfiltración elimina sólidos en suspensión, patógenos, parásitos y microplásticos.

Por último, mediante el proceso de adsorción, un filtro de carbón activado asegura que el sabor y el olor del agua sean adecuados.

Como decimos, es algo francamente ingenioso, una mini-desalinizadora portátil...