Les hablo del Pio V o Tarta del Padre Pío, un postre típico de Nicaragua que consiste en un bizcocho bañado en ron, cubierto con crema pastelera y pasas y espolvoreado con canela.  

Además de ofrecerles la receta en este vídeo, aquí va su historia:

En el año 1566 fue nombrado Gobernador de Nicaragua Don Alonso de Casaos, en sustitución de Don Juan Vázquez de Coronado, quien no pudo ocupar su cargo debido a su súbita muerte. Este nombramiento vino a calmar los ánimos en el territorio.  

Para diciembre de ese mismo año, la comunidad de León, decidió realizar un festejo para recibir formalmente y presentar sus respetos a Don Alonso. Algunas damas españolas fueron encargadas de preparar el menú, con los pocos ingredientes que pudiesen conseguirse localmente.

Alguien con ciertos conocimientos de los gustos de Don Alonso recomendó a las damas que tendrían que poner todo su empeño en el postre, pues el Gobernador era un amante de los dulces. Así fue que encargaron a Doña Juana Lazo de Figueroa que preparara un postre digno de la ocasión.

Doña Juana fue una de las pioneras de la "nouvelle cuisine" criolla, pues se especializó en adaptar ingredientes nativos a las recetas del viejo mundo.

Uno de los experimentos fue una variante de las natillas españolas y que por su vaga similitud con el atol de los indígenas (bebida de origen prehispánico consumida en Mesoamérica y el norte de Sudamérica) fue bautizada posteriormente como atolillo. Otro de los postres que habían tenido éxito fue la versión local de los pasteles envinados españoles. En este caso, y en virtud de que para ese entonces la harina de trigo era un bien escaso, Doña Juana había experimentado con pinol de maíz (harina de maíz), de tal forma que llegó a hornear una especie de pastel-bizcocho, de consistencia un tanto más áspera y un sabor también diferente, al cual llamaron marquesote.

Con una miel combinada con aguardiente se bañó el marquesote formando lo que luego se llamaría sopa borracha.

Doña Juana pensó que sería un postre de gala la combinación de la sopa borracha con una capa externa de atolillo. Se puso manos a la obra, consiguiendo primero todos los ingredientes, con la tremenda suerte que una de las damas cooperó con una botella de brandy de Jerez. Así fue que con  toda una troupe a su servicio empezó la preparación del nuevo postre.

La noche de la cena, se reunió lo más selecto de la ciudad de León y después de los saludos y conversaciones intrascendentes se pasó a la cena.  El Gobernador se mostró frugal con los platos de la entrada consistentes en puchero, carnes de venado, gallinas y demás delicatessen de la época y lugar.  

Cuando se sirvió el postre, el Gobernador se mostró con cierta curiosidad pues había sido advertido que se serviría un plato que sería inolvidable.  Cuando le llevaron el postre, impacientemente lo probó y suspiró profundamente entornando los ojos y exclamó un largo: "Mmmmmmmm".  Luego expresó:  "Delicioso, quisiera conocer a la agraciada dama que lo preparó".  

Fueron por Doña Juana, quien con una reverencia se presentó ante el Gobernador: "Señora mía -dijo Don Alonso-, la felicito, desde que dejé la Madre Patria no había probado manjar alguno con un sabor tan delicioso. -No obstante, tengo una curiosidad, ¿cómo se llama esta obra de arte?"

Doña Juana se sonrojó y quedó pensativa un instante y luego sin vacilar le dijo: "Pío Quinto, Su Excelencia".  "Ah, -dijo el Gobernador-, como el nuevo Papa, interesante..."

Historia extraída de:

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