Les hablo del Monte Testaccio, otro singular rincón de la "Ciudad Eterna" o "de las Siete Colinas". Es un monte completamente artificial de unos 54 metros de altura y una circunferencia de entorno a 1 km, formado de “testae” o fragmentos de ánforas usadas (de unos 25 millones de ánforas), hace casi 2.000 años, para el transporte de las mercancías.
La zona es conocida hoy en día como el barrio de Monte Testaccio y en la época romana fue un depósito de ánforas desembarcadas en el vecino puerto del río Tíber.
Se compone sobre todo de pedazos de ánforas “olivae” (de aceite de oliva) originarias en un 90 % de la antigua provincia romana de la Bética, la actual Andalucía, en España, y el resto de la Bizacena (África).
Muchos de los fragmentos que aquí pueden verse conservan la “marca de fábrica”, el nombre del exportador, las indicaciones del contenido, las revisiones del transporte y la fecha de expedición, una especie de registro aduanero de la antigüedad...
Parece ser que, desde un punto de vista estrictamente arqueológico, el sitio es único en el mundo, ya que se trata de una descarga organizada y compuesta exclusivamente de fragmentos cerámicos, completamente diferente de todos los demás sitios arqueológicos del planeta, y donde los expertos estudian el modo de vida antiguo.
Simplemente hermoso dato
👍👍👍
pues si que es curioso....😳😳😳😳