De los muchos rincones preciosos que tiene Francia (he podido ver algunos aquí en Vicmun) uno de los que no pueden perderse es esta fantástica cueva.

Se conoce como la Cueva de Saint-Marcel (Grotte Saint-Marcel) y pueden encontrarla en la zona de Bidon, dentro de la Reserva Natural de las Gargantas del Ardèche.

Se descubrió en el siglo XIX de forma totalmente accidental, concretamente en el año 1836 y su descubridor, parece ser, fue un cazador que perseguía un hurón, de tal forma que el animal, en su huída, se metió en una cueva que a la postre resultaría ser un auténtico laberinto subterráneo de casi 60 km de galerías (quizá más), 17 de los cuales están cerrados al público general, ya que por lo visto están inundados (no así a científicos, espeleólogos, etc).

Desde su descubrimiento, siempre se han visitado, pero no fue hasta la segunda mitad del siglo XX, en los años 60, cuando se construyó un sendero para acceder partiendo de la localidad de St. Marcel de l’Ardèche.

Se tarda en visitarla (con guía) más o menos 1 hora (el recorrido oficial es de menos de 1 km) y es francamente bonita, diría que casi mágica, con los peculiares juegos de luces que en ella se han instalado, las distintas formaciones rocosas (como p.e. la sala de "la Catedral"), la fantástica cascada de Gours, única en Europa, y su cadena de cuentas de calcita en el agua) e incluso la presencia de pinturas rupestres.

Sin duda, lo que más impacta del recorrido, en mi opinión, son las formaciones que llaman Piscinas Gours, una especie de piscinas interiores escalonadas creadas gracias a la acumulación de calcita y distintos minerales (son tan curiosas que hasta han salido en películas francesas).

Por unos 10 € la entrada vale la pena la visita créanme...:)