Aquí se encuentra una de las mayores colecciones de columnas de basalto de este país que, sinceramente, es de un contenido paisajístico espectacular.

Este cañón se encuentra en el río glacial Jökulsá á Dal, y hay un sendero marcado para visitantes que te llevará a dos puntos concretos desde donde poder ver este impresionante desfiladero.

Posiblemente la parte más espectacular de este cañón es la que hallarás tras unos 4 km de caminata a través de prados, con una cascada de columnas de basalto muy impresionante. Es como si fuera una especie de catedral  de columnas geométricas y agua rugiendo justo al lado.

La mayor parte del cañón había estado bajo el agua hasta que unas obras de una presa, allá por el 2006, afectaron al río, dejando al descubierto estas estructuras.

El Google Maps tenemos entendido que no te permitirá llegar al punto exacto del cañón, por lo que recomendamos dejarlo unos km antes y seguir la ruta señalizada. Y por cierto, teniendo cuidado, es posible llegar al fondo del cañón, donde las fotos pueden ser espectaculares.

Una curiosidad: entre Mayo y Junio es habitual que los gansos de patas rosas acudan a aquí a reproducirse (por lo que se recomienda a los visitantes no salirse de los caminos marcados).