Aunque te parezca increíble, esto ocurrió realmente: un mundo perdido, tribus caníbales, una impenetrable selva, aviadores de la II Guerra Mundial heridos y perdidos, un rescate imposible...
Es la historia que se recuperó gracias al libro de Mitchell Zuckoff "Perdidos en Shangri-La", publicado en 2011 (en realidad se topó con la historia mientras investigaba otro tema, en le archivo del periódico Chicago Tribune).
En Mayo de 1945, ya se celebraba la victoria aliada en Europa, pero en el Pacífico la II Guerra Mundial aún no había acabado.
En la actual Papúa y Papúa Occidental, al norte de Australia, un grupo de militares norteamericanos iban a dar un "paseo" en avión, en lo que se llamaba en la época "vuelos de incentivo", y que se hacían cuando se quería premiar a alguien (por lo visto aún se sigue haciendo a día de hoy).
Tiempo atrás, antes de este vuelo, los militares habían descubierto aquel lugar, en la actual Papúa, montañoso, un valle bonito, con personas que parecían vivir aún en la edad de piedra, así que todos querían volar hasta allí para verlo (era una curiosidad para los militares estadounidenses).
Algunos de los primeros en ver este lugar perdido fueron dos corresponsales de guerra, y lo apodaron "Shangri-La" en referencia a la novela Horizontes Perdidos, de James Hilton, publicada en 1933 (pensando en lugares magníficos, alejados de la civilización).
Las historias decían que esos desconocidos habitantes eran altísimos, hacían sacrificios humanos, etc..., no obstante, los que querían ver el lugar no pensaban comprobarlo, sólo verlo desde el aire.
El 13 de Mayo de 1945 partieron en el avión "The Gremlin Special", con la mala suerte de que el avión se estrelló en ese lugar que tanto ansiaban ver desde el aire, y sólo 3 de los que iban a bordo sobrevivieron.
Uno de los pasajeros era la hermosa cabo del ejército Margaret Hasting, cuya belleza cautivó a los medios de comunicación y contribuyó a popularizar la historia en la época, el otro, Kenneth Decker, sargento, que quedó amnésico, y el tercero, el teniente John McCollom.
Se encontraron entonces perdidos en la selva, con poca comida y bebida, pero se les ocurrió colocar, en un claro del valle, una lona amarilla, para que pudiera verse desde el aire, como así fue. Mientras andaban por la selva, se toparon con aquellos extraños nativos, que no eran gigantes ni hacían sacrificios, pero si practicaban el canibalismo y no les gustaban los extraños, y nunca habían visto personas blancas.
Querían matarlos, pero por lo visto, el jefe de la tribu recodó una leyenda que profetizaba que algún día llegarían del cielo fantasmas de piel blanca, así que en lugar de comérselos, los ayudaron y los protegieron.
El ejército, mientras tanto, intentaba dar con la forma de rescatarlos, puesto que en aquel lugar no se podía aterrizar, y pensaron que una opción podría ser enviar más soldados para llevarles medicinas y provisiones, pero, quién querría llegar hasta allí, un lugar desconocido con tribus salvajes caníbales...
Es entonces cuando surge la figura de C. Earl Walter Jr., que creció en Filipinas, y que dirigía una curiosa unidad de paracaidistas filipinos que realizaban misiones tras la línea enemiga.
Según dijo Zuckoff a BBC Mundo, "Earl todavía está vivo y me contó que el lema de la compañía era 'Cueste lo que cueste'. Y que cuando le dijo a sus soldados 'hay miles de enemigos por cada uno de nosotros, no hay forma de escapar, tendremos que marchar por kilómetros sin casi ninguna provisión y nadie nos puede ayudar... ¿alguien quiere venir?'. Y todos se levantaron y dijeron 'cueste lo que cueste'".
Se lanzaron sobre "Shangri-La" y poco tiempo después estaban rodeados por tantos nativos que no podían ni contarlos, se vieron atrapados (y no se sabe cómo acabaron desnudos según cuenta el autor).
Idearon un plan descabellado: quienes estaban en tierra debían construir una especie de arco de fútbol americano: dos postes verticales unidos a medio camino con uno horizontal. En la parte superior, iba una cinta elástica de la cual estaría amarrado un planeador.
Así, aviones equipados con cuerdas y ganchos volarían muy cerca a la superficie, engancharían la cinta elástica para que ésta levantara al planeador. Esto se había hecho antes. Se llamaba snatching, pero nunca se había intentado a esta altitud, ni rodeados de montañas, en la mitad de la selva, aún así, se consiguió...
Sin duda es una historia increíble. Zuckoff consiguió multitud de fotos, entrevistas y recuerdos de tan increíble aventura, que sorprendentemente quedó en el olvido durante décadas.
posiblemene el conflicto armado más famoso de la historia y que poco sabemos en realidad, la mayoria de nosotros, de él....
😲
wowwww
😲😲😲
tuvo que ser una experiencia....😱
increíble....👍