Se la conoce como Laguna Colorada, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar y de unos 60 km². Este increíble rincón boliviano, al sudoeste del altiplano, es un lago salado de poca profundidad, unos 35 cm, y que, dependiendo de distintos factores, adquiere unos tonos rojizos increíblemente bonitos.

Podrán encontrarlo en la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa, en el departamento de Potosí.

Dependiendo de la hora del día y de la intensidad de la luz adquiere diferentes tonalidades: carmesí, cobrizos, etc..., debido a unas microalgas halófilas llamadas Dunaliella salina que durante el día florecen (estas algas se usan en cosméticos y en suplementos nutricionales).

Aquí además es posible ver más cosas:

Montículos de bórax: que es un mineral natural e incoloro, también conocido como borato de sodio o sal de boro, usado comúnmente en detergentes, desinfectantes, suavizantes y jabones, en la agricultura se usa como pesticida y abono foliar, también como en joyería, fabricación de vidrio, cerámica y esmaltes entre otros.

Flamencos: durante los meses de verano, se calcula que llegan más de 20.000 a esta laguna, si bien durante el invierno tan sólo quedan algunos centenares. Aquí podrán encontrar 3 de las 6 especies de flamencos que hay en el mundo.

La propia Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaro: es el área protegida más visitada del país, y con razón, es espectacular (son las montañas más altas de la frontera de Bolivia con Chile y Argentina, una zona de volcanes, géiseres, fuentes termales y fumarolas).

Me encanta Latinoamérica, y este es uno de los muchos rincones dignos de ver...