Es la Cueva Sima de Humbolt (su nombre indígena era Imawarí Yeutá, en referencia a una especie de duende protector de la montaña en la mitología de la etnia pemón). Esta cueva es uno de los fenómenos geológicos más impresionantes y extraños del mundo, y está situada en la meseta del tepuy Sarisariñama, en el Parque Nacional Jaua-Sarisariñama, en el Estado Bolívar, al sureste de Venezuela.

Tiene un diámetro de unos 350 metros y unos 500 metros de profundidad, y cuenta con unos ecosistemas propios muy particulares que no se encuentran otros lugares del mundo.

Lleva el nombre del naturalista y explorador alemán Alexander Von Humboldt; y se trata de una cueva de cuarcita (un tipo de formación rocosa de alto contenido de cuarzo).

Esta región de Venezuela, como todo el país en general, es de una exuberancia natural maravillosa y espectacular. Aquí hay paisajes propios de ese "Mundo Perdido" que todos querríamos descubrir. El lugar, en plena selva y de difícil acceso, destaca además porque no sólo está la Cueva de Humbolt. A unos 700 metros hay más cuevas, completando un paisaje insólito.

Estas cuevas, las más antiguas del mundo según se cree, fueron vistas por primera vez en el año 1961 por el piloto Harry Gibson, pero no fue hasta marzo de 1967 cuando William H. Phelps logró aterrizar por primera vez en esta formación geológica.

La biodiversidad que habita en su interior sigue en estudio a día de hoy. Se cree que estas cuevas se formaron a consecuencia de la erosión causada por ríos subterráneos que atravesaban el tepuy, y que provocaron derrumbes en ciertos lugares de la meseta.

En el interior de estas cuevas hay ecosistemas subterráneos únicos, donde los animales que allí habitan no lo hacen en el exterior.

Esta zona no está abierta al público, y es de difícil acceso, ya que la carretera más cercana finaliza a cientos de kilómetros, por lo que el medio de transporte más utilizado para llegar hasta aqui es el helicóptero. Sólo está autorizado al acceso a estas cuevas con fiens de investigación.