Aunque hay quien ha puesto en entredicho esta afirmación, sin embargo, esta cervecera, situada en Freising, una pequeña ciudad a tan sólo 50 kilómetros al norte de Múnich (Alemania), es punto de visita obligado si eres aficionado a la cerveza y andas de visita por el país, pues lleva casi 1.000 años haciendo cerveza, a pesar de guerras, incendios, epidemias y hasta un terremoto.

Originalmente había sido un monasterio benedictino fundado en el año 740 d.C. Allí cultivaron lúpulo desde el año 768 d.C., pero fue en el año 1.040 d.C. cuando le concedieron su acta de apertura, obteniendo oficialmente los fueros necesarios para elaborar y servir cerveza, naciendo la cervecería como tal, que está directamente relacionada con la ley de pureza de la cerveza (o "Rheinheitsgebot", que dice que al elaborar cerveza sólo se permite añadir 3 ingredientes, que son agua, malta y lúpulo, aparte de las levaduras necesarias para la fermentación).

Pero no es solo la cervecera más antigua del mundo, sino que también ha sido durante todos estos años un importante centro de investigación sobre las técnicas y las tecnologías empleadas en la elaboración de la cerveza. 

Así que ya saben, si van a Alemania y son aficionados a la cerveza, este es un buen destino!!!!