En la actualidad, es común escuchar constantemente en los medios y a muchos seguidores del discurso apocalíltico que el dióxido de carbono (CO₂) es un “contaminante” o el “principal culpable del cambio climático”, un discurso que desgraciadamente ha calado en muchas personas, que al hablar de CO₂ hablan de contaminación. Esta afirmación induce a error si no se comprende bien el contexto. La verdad científica es que el CO₂ no es un contaminante tóxico, sino un gas natural y vital para la vida en la Tierra.
Vamos a intentar explicar qué es el CO₂, por qué no puede considerarse un contaminante, y cuál es su rol esencial en el equilibrio ecológico y la salud del planeta.
¿Qué es el dióxido de carbono (CO₂)?
El CO₂ es un gas incoloro, inodoro y soluble en agua, compuesto por un átomo de carbono y dos de oxígeno. Se encuentra de manera natural en la atmósfera, representando aproximadamente un 0.04% del aire que respiramos (400 ppm, partes por millón).
Origen natural del CO₂:
- Respiración de animales y humanos
- Descomposición de materia orgánica
- Erupciones volcánicas
- Incendios forestales naturales
- Intercambio con océanos
También hay una pequeña porción del CO₂ que proviene de actividades humanas como:
- La quema de combustibles fósiles (carbón, gas, petróleo)
- La deforestación
- Procesos industriales como la producción de cemento
¿Por qué el CO₂ no es un contaminante atmosférico?
Desde el punto de vista químico y ecológico, un contaminante atmosférico es una sustancia presente en el aire que, en determinadas concentraciones, tiene efectos nocivos para la salud o el medio ambiente. Ejemplos claros son el monóxido de carbono (CO), el dióxido de azufre (SO₂), o el ozono troposférico (O₃).
En cambio, el CO₂:
- No es tóxico en las concentraciones normales de la atmósfera
- No causa enfermedades respiratorias ni cáncer
- No se acumula en tejidos biológicos
- Es parte del ciclo natural del carbono
El papel vital del CO₂ en la vida terrestre
- Fotosíntesis: el motor verde del planeta
El CO₂ es fundamental para el proceso de fotosíntesis, en el que las plantas, algas y cianobacterias capturan energía solar para transformar CO₂ y agua en glucosa (alimento) y oxígeno (O₂):
6CO2+6H2O+luz solar→C6H12O6+6O26CO₂ + 6H₂O + luz solar → C₆H₁₂O₆ + 6O₂6CO2+6H2O+luz solar→C6H12O6+6O2
Gracias a este proceso:
- Se produce el oxígeno que respiramos
- Se genera la base de la cadena alimentaria
- Se regula el equilibrio de carbono en la atmósfera
Sin CO₂, no habría fotosíntesis, sin fotosíntesis no habría plantas, y sin plantas, no existiríamos nosotros.
- Ciclo del carbono: equilibrio ecológico
El CO₂ participa del ciclo del carbono, uno de los principales ciclos biogeoquímicos del planeta. Este ciclo regula cómo se mueve el carbono entre la atmósfera, los océanos, la biosfera y la litosfera.
Las plantas absorben CO₂, los animales lo emiten al respirar, los océanos lo capturan, y los volcanes lo liberan. Este intercambio ha mantenido niveles estables de CO₂ durante millones de años.
- Fertilización por CO₂: mejor crecimiento vegetal
Cuando aumenta la concentración de CO₂ en el ambiente (hasta cierto punto), muchas plantas experimentan una mejora en su crecimiento y productividad, fenómeno conocido como fertilización por CO₂.
- Más fotosíntesis
- Mayor retención de agua
- Aumento de la biomasa
Este efecto ha sido documentado en invernaderos, cultivos y bosques, siendo un beneficio agronómico real.
Sí, el CO₂ es un gas de efecto invernadero, pero no es el único. Junto al vapor de agua, el metano y el óxido nitroso, atrapa parte del calor que irradia la Tierra, manteniendo una temperatura media adecuada para la vida. Tengamos en cuenta que sin el efecto invernadero natural, la temperatura media del planeta sería de aproximadamente -18°C.
El CO₂ no es un enemigo, sino parte del equilibrio natural
Es crucial comprender que el dióxido de carbono es un gas vital, no un veneno, dejemos de hablar de contaminación cuando hablamos de CO₂. Su presencia en la atmósfera es natural, necesaria y beneficiosa en proporciones equilibradas. Demonizar al CO₂ como contaminante puede llevar a decisiones ambientales mal fundamentadas y a confusiones científicas, que son muy útiles, eso sí, para hacer ingeniería social a nivel global, mientras no se habla apenas de contaminación real como pueda ser la de los mares, ríos o acuíferos, o las sustancias tóxicas que se vierten a la tierra, mar y aire.
el discurso oficial, falso, es repetitivo y ha calado, llamando constantemente a las emisiones de CO2 contaminación...
es cierto, se oye mucho eso de: las emisiones de CO2, que si los coches contaminan, que si esto, que si lo otro...están centrando todo en el CO2 pero la verdad es que las predicciones hechas ya desde el siglo pasado no se están cumpliendo, ni en catástrofes naturales ni en los aumentos de la temperatura global...además, la elevación de la temperatura global del planeta no ha guardado relación histórica con elevadas concentraciones de CO2...es decir, que a lo largo de la historia del planeta, no siempre grandes concentraciones de CO2 han supuesto elevación de las temperaturas del planeta y viceversa...