Primer museo de arte digital del mundo y creado por el colectivo de arte teamLab (formado por artistas, programadores, ingenieros, diseñadores informáticos, matemáticos y arquitectos), está ubicado en el edificio Mori, en el distrito de Odaiba, en Tokio (Japón). Sin duda es una de las mayores atracciones turísticas de la isla de Odaiba y uno de los lugares más instagrameados de Tokio (eso sí, es un lugar muy visitado, o lo era (a saber cómo está la cosa ahora con el tema coronavirus), así que paciencia al llegar, guardar colas, etc, porque vale mucho la pena).
Este lugar es muy curioso porque no es un museo convencional, donde las obras están en su lugar, estáticas, clasificadas y ordenadas, sino que consiste en un paseo cambiante en el que se modifica el resultado final con la propia experiencia del visitante.
Nota: es importante llevar ropa de color claro, mejor blanco, porque así uno se mimetiza más con los efectos generados por las obras de arte digital.
Son 10.000 m² en los que poder descubrir 5 mundos distintos (Borderless World, Athletics Forest, Future Park, Forest of Resonating Lamps y la casa de té EN Tea House).
En su interior hay aproximadamente unas 60 obras de arte digital, creadas a partir de 520 ordenadores y 470 proyectores digitales, obras de arte animadas y que evolucionan, que se mueven por las paredes, suelo, techo, etc..., la idea es que el arte lo englobe todo, hasta al propio visitante.
Además, puede participarse activamente con las obras digitales, ya que hay lugares en los que podemos hacer bocetos y/o dibujos que luego se proyectarán en paredes y suelos, eso sí, de forma efímera porque durará un tiempo y luego dejará paso a las creaciones de otros visitantes.
No pueden perderse las 5 secciones (lo mejor es comprar las entradas por adelantado al planificar el viaje a Japón o la visita a la ciudad de Tokio):
Borderless World: Una sala muy grande llena de flores y plantas (Forest of Flowers and People: Lost, Immersed and Reborn), una sala con láseres y música fuerte y el Crystal World, una sala llena de hebras colgantes de luces LED que cuelgan sobre suelo y paredes llenas de espejos.
Future Park: Donde podemos dibujar nuestra propia creación que después cobrará vida o lanzarnos por un tobogán lleno de frutas.
Athletics Forest: Un lugar en el que se puede saltar en colchonetas que simulan el universo o caminar por montañas y valles llenos de todo tipo de criaturas.
La casa de té EN Tea House: Una casa de té donde tomar tomar un té en el que aparece una flor que cobra vida con cada sorbo.
Forest of Resonating Lamps: Una sala con espejos y lámparas que cambian de colores a medida que avanzas por ella. Es una de las más espectaculares, con un aforo y tiempo de estancia limitados.
Lo mejor del lugar es que no es algo estático, como digo, sino en constante cambio, donde se puede interactuar con las propias obras digitales, viendo cómo se mueven, cómo responden a nuestros movimientos, cómo pasan a formar parte de nosotros mismos. Es por ello que cada visita es distinta y emocionante...
Nota: ojo con las faldas! jeje, porque hay muchas salas en el museo que tienen suelos con espejos, lo que crea un efecto espectacular, si, pero se refleja absolutamente todo. Si van con falda o vestido, el museo ofrece (u ofrecía) la opción de una especie de mantón que pueden ponerse encima de la falda. Para evitar estas cosas, el pantalón es una buena opción.
se me ponen los dientes largos, lástima que ahora mismo la cosa esté tan complicada para moverse, sobre todo a grandes distancias....espero que mejore pronto!
que maravilla @elenas 😉
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