Os presento una historia ocurrida en 2014 pero válida en cualquier época por su trasfondo: reivindicar la tienda de comestibles de barrio y denunciar el consumismo desmedido de alimentos.
Después de ocho meses cosiendo piezas de fieltro con el mayor realismo posible para imitar paquetes de gominolas, chocolatinas, galletas, petacas de alcohol, latas de cerveza y refrescos, cajetillas de cigarrillos, botes de sopa, periódicos, revistas y casi cualquier otro producto de la tienda de la esquina la artista inglesa Lucy Sparrow abrió en Londres The Corner Shop, un establecimiento temporal con 4.000 artículos de consumo con un elemento diferencial: todos estaban hechos con pedazos de fieltro de lana cosido y pintado a mano que emulan a los originales.
Todos los alimentos tienen ojos para significar que no son seres inertes.
El proyecto de la costurera tiene el espíritu de una instalación artística y comercial: ha montado una tienda online para vender las obras.
Asombraros con este vídeo....
😲😲😲