Ha sido la base de la dieta mediterránea durante miles de años. Ya en la antigua Grecia, Homero se refirió al aceite de oliva como "oro líquido", mientras que Hipócrates lo llamó el "gran sanador" y lo recetó para muchas afecciones médicas.
Aunque el origen del aceite de oliva no se conoce con exactitud, parece ser que el árbol del olivo se "domesticó", por decirlo de alguna manera, hace aproximadamente unos 6.000 años, siendo originaria de la cuenca mediterránea y uno de los árboles frutales cultivados más antiguos del mundo.
Los diferentes procesos afectan a la calidad del aceite de oliva, lo que supone que exsiten diferentes "tipos": aceites de oliva refinados o sin refinar.
El aceite de oliva virgen extra (que te mostramos en el vídeo) no está refinado y se obtiene directamente de olivas utilizando solo procesos mecánicos y generalmente es más caro y está lleno de antioxidantes saludables.
Los aceites de oliva procesados químicamente son más baratos (como el "aceite de oliva virgen", el "aceite de orujo de oliva" o simplemente el "aceite de oliva") y suelen tener un sabor suave, un color más claro y menos antioxidantes, lo que significa que probablemente ofrecen menos beneficios para la salud en comparación con el aceite de oliva virgen extra.
El aceite de oliva refinado es la forma del aceite de oliva de menor calidad, con poco aroma, sabor o color; no se puede vender a los consumidores directamente, pero si se puede vender si se mezcla con aceites de oliva vírgenes.
El aceite de oliva representaba la riqueza de la civilización minoica y documentos antiguos de Siria sugieren que era cinco veces más caro que el vino. Pero no siempre se usó como alimento; era frecuente que lo usaran como combustible en lámparas y rituales varios como ceremonias religiosas o como ungüento para la unción de la realeza y los guerreros.
Ya en nuestros días, son de sobra conocidas las propiedades beneficiosas que posee, así como su uso para elaboración de jabones, medicamentos y para el cuidado de la piel, e incluso, caso de la antigua Grecia, como anticonceptivo primitivo.
En la actualidad, la inmensísima mayoría de todo el aceite de oliva que se consume en el mundo se destina a la alimentación, ya que es un producto que destaca por los beneficios que aporta a la salud.
El aceite de oliva proporciona un mayor beneficio para la salud cuando se consume crudo, ya que los polifenoles y antioxidantes que contiene comienzan a descomponerse cuando se cocinan a altas temperaturas. Cuando se calienta, los ácidos grasos libres también pueden descomponerse y formar sustancias químicas nocivas y cancerígenas como los aldehídos, pero el aceite de oliva contiene principalmente grasas monoinsaturadas que son bastante resistentes al calor, por lo que sigue siendo una buena opción para cocinar.
Beneficios del aceite de oliva:
Uno de los beneficios del aceite de oliva es que es muy bajo en grasas saturadas: hasta un 85% de las grasas del aceite de oliva son grasas monoinsaturadas (mayoritariamente ácido oleico u omega-9) o grasas poliinsaturadas como el omega-6 y el omega-3, mientras que solo alrededor del 15% son grasas saturadas. También contiene vitamina E que fortalece el sistema inmunológico y vitamina K que ayuda a la cicatrización de heridas, así como los antioxidantes fenólicos que mejoran la salud de muchas maneras.6 Por ejemplo, los polifenoles del aceite de oliva contribuyen a la protección de los lípidos de la sangre frente al daño oxidativo, una declaración de propiedades saludables reconocida y aprobada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Las personas que siguen la dieta mediterránea tienen una menor probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, enfermedades cardíacas y muerte prematura. El consumo de aceite de oliva parece estar relacionado con una menor incidencia en enfermedades cardíacas y una de las razones podría ser su efecto sobre la presión arterial9: el aceite de oliva contiene muchos polifenoles, que ayudan a relajar y dilatar las arterias y se cree que reducen la presión arterial alta.
Otras moléculas del aceite de oliva ayudan a proteger su corazón al eliminar las sustancias nocivas de su cuerpo. Los "radicales libres" son moléculas que causan daño a sus células mediante un proceso llamado "peroxidación", pero el aceite de oliva es rico en antioxidantes que neutralizan estos radicales libres y protegen sus células. De manera similar, disminuyen los niveles altos de colesterol 'malo' (conocido como colesterol de baja densidad o LDL) e incrementa el nivel de colesterol bueno de alta densidad HDL en su sangre, disminuyendo el riesgo cardiovascular.
Se ha descubierto que el ácido oleico y el oleocantal (un antioxidante) del aceite de oliva virgen extra actúan como agentes antiinflamatorios naturales. La inflamación es una parte importante de las defensas inmunológicas de nuestro cuerpo, pero también puede dañar nuestras propias células. El oleocantal actúa de la misma forma que el ibuprofeno11, ayudando a combatir la inflamación crónica de bajo nivel, mientras que el ácido oleico logra un efecto similar al reducir los niveles del marcador inflamatorio de la prueba de proteína C reactiva en la sangre. Los estudios ahora están explorando cómo el aceite de oliva podría ayudar a tratar y prevenir enfermedades inflamatorias como la arteriosclerosis y la artritis reumatoide.
El aceite de oliva virgen extra tiene también propiedades antibacterianas, especialmente contra la bacteria helicobácter pylori (que puede provocar úlceras de estómago). Los estudios sugieren que los mismos polifenoles en el aceite de oliva virgen extra que mejoran la salud del corazón pueden impedir que los patógenos transmitidos por los alimentos como el H. pylori crezcan en nuestro sistema digestivo y, al mismo tiempo, mejoran la salud intestinal al actuar como un prebiótico que estimula el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas.
Un análisis reciente ha sugerido que el aceite de oliva, como parte de la dieta mediterránea, podría ayudar a reducir los síntomas de depresión, pero aún se necesitan más pruebas. Hasta ahora, se ha demostrado que el aceite de oliva aumenta los niveles de dos sustancias químicas importantes que ayudan a las células del cerebro a crecer y regenerarse: el factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC), cuya deficiencia se ha relacionado con la depresión y el factor de crecimiento nervioso (FCN). Los estudios también sugieren que una mayor ingesta de grasas monoinsaturadas, como las que se encuentran en el aceite de oliva, puede mejorar la memoria y la función cognitiva en los ancianos, además de reducir el riesgo de Alzheimer.
Información extraída de: https://www.foodunfolded.com/
totalmente 😉
una auténtica joya gastronómica....😋
me encanta, y lo consumo muchísimo, tanto en crudo como para cocinar....para todo básicamente 😉