Si han recorrido Marruecos seguro que la conocerán, pero si no, decir que es la más grande, según creo, de las 4 curtidurías tradicionales que continúan con vida en el corazón de la Medina Fez el-Bali (en el barrio de los curtidores o Chouara Tannery).

La verdad es que cuando la ves por primera vez impresiona, multitud de fosas llenas de tintes naturales, que forman un colorido paisaje. Aquí se encargan de producir y colorear cuero de camello, cordero, cabra y buey.

El proceso es curioso, y los olores son fuertes y penetrantes, incluso desagradables.

Según me contaron, basicamente introducen las pieles en grandes cubas llenas de cal y/o sal, excrementos de paloma (a veces orina de vaca) y cenizas, donde reposan varios días. Tras esto, retiran con cuchillo los restos de pelo que queden adheridos a la piel y se colorean las piezas introduciéndolas en grandes cubas rellenas de estos tintes naturales, de diferentes colores.

Cuando las piezas de cuero están coloreadas y secas (el proceso de secado se produce en los tejados de alrededor de la plaza), los artesanos se encargan de transformarlas en elaboradas maletas, bolsos, zapatos, etc,  para la venta al público entiendas cercanas, algunas de varias alturas (p.e. en la planta superior podemos encontrar cazadoras, en la segunda maletas, bolsos..., luego los cojines, etc., y según bajas cada vez los productos son más simples, de menos coste).

El proceso pueden verlo desde terrazas anexas, y al hacerlo, llegas a la conclusión de que es un trabajo durísimo el que hacen estas personas, posiblemente mal pagadas, siendo los precios que ves en la tienda casi europeos.

Es una de las imágenes más características de Fez.