El “fuego griego” fue una misteriosa arma incendiaria que ayudó al poderoso Imperio Bizantino a defenderse durante siglos de los asedios árabes. Usando una fórmula única, hoy perdida, y que incluso los científicos actuales tienen problemas para descifrar, los griegos de Bizancio mantuvieron al enemigo alejado de sus tierras, que llegaron a abarcar todo el sur de Europa, el norte de África y Asia Menor.

Se cree que la mezcla líquida debía contener nafta, azufre, posiblemente amoniaco y quizá otros componentes como cal viva o nitrato. Al usarla, debían producirse explosiones y gases altamente tóxicos.

El fuego griego salvó a Constantinopla (actual Estambul), sede del Imperio Bizantino, de los repetidos asedios árabes de la época, e incluso cuando finalmente la ciudad fue tomada, los enemigos de Bizancio nunca pudieron recrear el misterioso brebaje químico único que generaba fuego capaz de resistir el agua.

La invención del fuego griego

El fuego griego, como lo llamaban los cruzados, también se conoció como "fuego líquido", "fuego romano" o "fuego marino". En realidad, no fue la primera arma incendiaria utilizada en batalla a los largo de la historia, pero posiblemente sí fue la más destructiva y terrible..

Parece ser que se creó en el siglo VII, muy probablemente gracias a la invención de Kallinikos de Heliópolis, un arquitecto judío que huyó de Siria a Constantinopla. En esa época el Imperio bizantino era asediado continuamente por las fuerzas islámicas, habiendo tomado ya partes de Siria.. Kallinikos experimentó con una gran variedad de materiales hasta que descubrió una mezcla para un arma incendiaria, y envió la fórmula al emperador bizantino.

Se desarrolló entonces una especie de sifón que funcionaba como una jeringa, impulsando el brebaje ardiente hacia las naves enemigas.

Poderosa arma de destrucción naval

El fuego griego se utilizó fundamentalmente para incendiar barcos enemigos desde una distancia segura. Su capacidad para permanecer ardiendo incluso en el agua durante un cierto período de tiempo era su principal característica. Esto evitaba que el enemigo pudiera apagar las llamas durante las batallas navales.

Se dice que esta misteriosa arma bizantina producía un fuerte estruendo y mucho humo, y era tan efectiva que el enemigo se aterrorizaba y a menudo huía cuando empezaban a usarla.

Los registros históricos dicen que el fuego griego se adhería a cualquier superficie que tocara, y sorprendentemente, sólo podía extinguirse con una mezcla de vinagre, arena y orina vieja.

Parece ser que el fuego griego se usó con éxito para repeler y poner fin al primer asedio árabe de Constantinopla en el 678 d.C., y tuvo un éxito similar durante el segundo asedio árabe de Constantinopla (717-718 d.C.), causando nuevamente daños masivos a la armada árabe.

La nueva arma de destrucción masiva era tan poderosa que los bizantinos mantuvieron su composición en un secreto bien guardado. La familia Kallinikos y los emperadores bizantinos eran los únicos que conocían su fórmula secreta, que se transmitía de generación en generación.

Hay registros históricos de árabes que usaron su propia versión del fuego griego contra los cruzados durante la Séptima Cruzada en el siglo XIII.

Muy eficaz durante siglos

Los bizantinos continuaron usandoteriosa arma durante siglos, y su uso no se limitó a las batallas navales. El arma incendiaria se usó de varias maneras, tanto en el mar como en la tierra. Se utilizó no solo para incendiar naves de asedio, sino también contra fortificaciones enemigas.

Había una versión de mano del arma llamada "cheirosiphon" que era algo así como una versión antigua de un lanzallamas. Además, los bizantinos solían llenar vasijas de barro con fuego griego para poder lanzarlo al enemigo como si fueran granadas.

Los ejércitos bizantinos utilizaron jarras de fuego griego y abrojos (dispositivos de metal con púas esparcidos por el suelo para obstaculizar los carros) que habían sido rociados con el líquido como armas ofensivas.

Árabes, búlgaros, rusos y otros invasores experimentaron el poder del fuego griego a lo largo de los siglos, convirtiéndolo en un invento militar muy importante.

Su fórmula no ha podido ser recreada ni siquiera a día de hoy...