¿Has comido caracoles alguna vez?, pues aunque no sea así, estos viscosos animales están más presentes en nuestro día a día de lo que puedas pensar. La crianza de caracoles de tierra (Helix axpersa), suele tener 2 finalidades, la cosmética y la gastronómica.
La cría de caracoles es conocida como helicicultura, y consiste es:
La selección del sitio y las condiciones ambientales: Para comenzar un criadero de caracoles, es crucial elegir un sitio adecuado. Los caracoles prosperan en ambientes húmedos y frescos, preferiblemente con temperaturas entre 15°C y 25°C. Un suelo bien drenado y rico en calcio es esencial para el crecimiento saludable de los caracoles.
La elección de especies de caracoles: Existen varias especies de caracoles aptas para la cría, siendo el Helix Aspersa Maxima y Helix Aspersa Muller las más comunes debido a su rápido crecimiento y adaptabilidad a diferentes condiciones ambientales.
La preparación del hábitat: Los caracoles necesitan un ambiente adecuado para crecer y reproducirse. Se recomienda preparar un espacio con suelo húmedo y cubierta vegetal para mantener la humedad y proporcionar refugio a los caracoles durante los períodos de descanso diurno.
La alimentación y cuidado: Los caracoles son herbívoros y se alimentan de una variedad de vegetación fresca y hojas verdes. Se debe proporcionar una dieta equilibrada que contenga calcio para fortalecer las conchas y promover un crecimiento saludable. Es importante monitorear la alimentación y la salud de los caracoles regularmente para prevenir enfermedades y asegurar un desarrollo óptimo.
El control de plagas y enfermedades: El control de plagas y enfermedades es fundamental en la cría de caracoles. Se deben implementar prácticas de manejo integrado de plagas para controlar la proliferación de insectos y otros organismos que puedan dañar los caracoles o su entorno.
La cosecha y comercialización: La cosecha de caracoles se realiza cuando han alcanzado un tamaño y peso adecuados para el consumo humano. Los caracoles se recolectan a mano o mediante métodos mecánicos suaves para evitar dañar las conchas. Una vez cosechados, los caracoles pueden comercializarse frescos, congelados o procesados en una variedad de productos alimenticios.
La cría de caracoles es una empresa fascinante y lucrativa que ofrece oportunidades para emprendedores y amantes de la gastronomía por igual. Con el cuidado adecuado y la atención a los detalles, cualquiera puede establecer y mantener un exitoso criadero de caracoles. El ya mencionado Helix aspersa (o caracol común de jardín), posiblemente sea el más utilizado en los criaderos por su resistencia, fecundidad, adaptación al cautiverio, rápido crecimiento y capacidad de adaptabilidad a los diferentes climas. Es la especie comestible más consumida.
Su caparazón es generalmente de un color gris amarillento, de entre 30 y 40 mm de diámetro. Su peso oscila entre los 5 y los 15 gr. Son prolíficos, ponen de 80 a 120 huevos y alcanzan el estado adulto y pueden reproducirse al año de vida aproximadamente, aunque en criaderos climatizados llegan a la madurez a los 8-10 meses.
No sabemos si conoces el dato pero los beneficios de la llamada "baba" de caracol están reconocidos y son habitualmente utilizados por la industria cosmética. La "baba" de caracol contiene de forma natural elementos como:
la alantoína, que hace posible la regeneración de la piel;
proteínas y vitaminas, que enriquecen, dan suavidad y poseen un efecto antiinflamatorio;
antibióticos, que combaten bacterias;
colágeno y elastina, que son componentes del tejido conectivo de la piel;
y ácido glicólico que posibilita la exfoliación o peeling. Los estudios han comprobado que esta sustancia permite prevenir y eliminar arrugas; atenuar estrías, cicatrices de heridas o de enfermedades como la varicela y quemaduras de primer grado; quitar el acné, limpiar manchas producidas por el sol, cicatrizar cortes y desvanecer telagentasis.
Las cremas elaboradas a base de esta sustancia se pueden utilizar a diario sin contraindicación alguna.
Además, la carne del caracol es muy pobre en grasas (porcentajes de entre el 0,5 a 0,8 %), en comparación con la carne de ternera o la de pollo, cuyo contenido en grasa es del 11,5 % y el 12% respectivamente. Es relativamente pobre en calorías, de 60 a 80 por cada 100 g, es rica en proteínas de un alto valor biológico, del 12 al 16 %, en sustancias minerales el 1,5 % aprox. y en nitrógeno el 2,5 %.
También cabe señalar que en las proteínas que contiene están presentes la casi totalidad de los aminoácidos necesarios para el hombre, 9 de 10 y en las proporciones requeridas para la síntesis proteica.
Por último, la carne de caracol, con su elevado valor proteico, sus sales minerales, su escasa cantidad de grasa y su 80% de agua, es muy nutritiva y apta para regímenes hipocalóricos, dietas para deportistas, diabéticos, anémicos, etc.
En fin no tienen muy buena pinta, para qué engañarnos, pero nutritivamente son una opción interesante por lo que parece...
😲😲😲
a mi no me gustaron mucho la primera vez que los comí pero he aprendido a apreciarlos con el paso de los años 🤣🤣
a mi me encantan! 😋😋