La verdad es que es muy curiosa la temática elegida para esta fuente. Es la fuente Kindlifresser o el comedor de niños.

Está en Berna (Suiza) donde me sorprendió porque es un tanto desagradable, la verdad. 

Esta ciudad medieval, abrazada por el río Aar, y que cuenta con algunos elementos de gran interés como la catedral, el campanario, el Ayuntamiento, el Lauren con sus seis km de arcos medievales, tiene un interesante centro histórico, con sus terrazas donde tomar un café suizo o algún chocolate...(imprescindible jeje).

La escultura en la fuente representa a un hombre comiéndose a un bebé. Fue erigida por el escultor renacentista suizo Hans Gieng (s. XVI), quien es también el autor de otras fuentes en la ciudad.

A primera vista resulta una escultura inquietante, porque se está comiendo a un niño y tiene a otros 3 cogidos del brazo con expresión aterrada. Aunque lo más curioso del caso es que no hay una teoría realmente cierta de a quién representa.

En Berna hay varias explicaciones o teorías. Una de ellas habla de que el siniestro personaje representa a Cronos, el titán griego de la mitología, que devoraba a sus hijos para evitar que le quitaran el trono. Otra de ellas asegura que se trata del hermano mayor del duque Berchtold, fundador de Berna quien, celoso precisamente de su hermano, se volvió loco e iba secuestrando a los niños del pueblo para comérselos.

Pero también hay quien cree que la creó la comunidad judía de Berna, por el sombrero que lleva el hombre de la escultura, que se asemeja al que los judíos fueron obligados a llevar en Suiza para ser identificados.

Lo que está claro es que a los niños suizos no les gusta, porque es el personaje al que acuden las madres de la ciudad para decirles: “como no hagas caso vendrá el Kindlifresser y te llevará”…

Lleva 500 años dando miedo a los más pequeños…